Papa's July Tourne. Part II

(Si aún no lo habéis leido ahí va: Link a la Part I)

Tras poneros en antecedentes vamos a relataros con pelos y señales qué pasó en cada uno de nuestros encuentros con el pueblo llano.

Montando el escenario Pebrot

El primero de los conciertos tuvo lugar en la fiesta aniversario de “El Diván de los Sentidos” de Cornellà, que tuvo a bien gastarse un pastizal por contratar a estas futuras promesas de la música contemporánea. Debíamos tocar al aire libre pero el día se levantó juguetón y, el escenario Pimiento, donde actuaríamos nosotros, se convirtió en el escenario Arrozal a media mañana. De todas maneras, nosotros que somos por naturaleza optimistas e ilusos, a la vez que guapos, divertidos, inteligentes y limpios, llegamos confiados que las gestiones que debía hacer nuestro Dios Neptuno con Zeus, llegaran a buen puerto. Y efectivamente, cuando llegamos a primera hora de la tarde al lugar convenido, el sol brillaba en el cielo. ¿He dicho que somos unos ilusos? Sí, bueno. Así que nos pusimos a montar el escenario con gran alegría y con la profesionalidad que nos caracteriza. En el local todo el mundo fue muy amable. Nos dieron unos numeritos, 10 para cada uno, que yo me guardé esperanzado de llevarme lo que rifaran (yo me imaginaba un jamón de bellota o un vale para un autolavado completo, con cera especial y todo). Tras el concierto alguien me dijo que no había rifa, que era para canjearlo por comida o bebida… lástima.

Pruebas de sonido

Volviendo al concierto. Tras demostrarle al técnico de sonido que seguimos sin entender el lenguaje técnico ni las indicaciones gestuales necesarias para entenderse con él (nuestro lema, robado del maravilloso Ed Wood es; “genial, a positivar” Luego pasa que empezamos a tocar y nadie escucha nada, alguno ni ha encendido su ampli, los instrumentos están desafinados, el cantante es mudo, el batería manco…) nos retiramos a la sala vip, donde montamos una gran juerga para prepararnos. A falta de drogas duras cada uno tomó aquello que mejor le podía venir para darlo todo en el concierto. Por allí en un momento corrió de todo, que si pastillas para la ciática, relajantes musculares, laxantes, gelocatiles... Yo tomé lo de siempre, ibuprofeno con Voll Damm, soy un tipo duro.

Pues bien, algo debió pasar entre Zeus y Neptuno que a poco de empezar el concierto el cielo se estaba poniendo de un color muy pero que muy feo. Para evitar que los integrantes de la banda se electrocutasen y tuviéramos que lamentar la dolorosa pérdida de unos músicos tan talentosos (bueno, realmente era para proteger los equipos), nos pusieron una carpa sobre nuestras cabezas que, todo sea dicho, no nos favorecía nada. De hecho, si habeis visto las fotos convendréis conmigo que parecemos unos guiris en un chiringuito playero.

Tocando antes de la lluvia.

Es igual, con todos los elementos en contra la nave neptuniana partió rumbo al éxito, con las masas enfervorecidas a nuestro favor nada podía pararnos. Y así fue durante tres canciones y tres cuartas partes de otra. Estabamos acabando de interpretar “The Man Who Sold The World” como verdaderos ángeles, Charly estaba cantando el coro del final que tanto me gusta, cuando de repente la nave se topó con un iceberg y nos fuimos todos a hacer puñetas. La gente corría despavorida por la calle, los más lentos sucumbieron ante la avalancha, las madres cogían en brazos a sus hijos y abandonaban a su suerte a los hijos más regordetes. Caían chuzos en punta, tanto es así que el escenario empezó a avanzar con nosotros encima, bajando la calle a gran velocidad. Nuestra improvisada nave daba tumbos de un lado al otro, sin rumbo, hasta que un avispado tripulante tomó una guitarra y, utilizándola de timón, nos condujo a la mismísima puerta del local de ensayo, donde todos los seres del reino nos esperaban para cantar el valeroso retorno de sus héroes. Luego nuestros héroes se retiraron a sus aposentos para ver la final de la Eurocopa. Sí, a las divinidades también nos gusta el fútbol.






(TO BE CONTINUED)












(Nuestro agradecimiento neptuniano al Diván de los Sentidos, gran restaurante de Cornellà.Y que cumpláis muchos más!!!!


El Diván de los Sentidos
C.Cornellà Modern 16
08940 Cornellà de Llobregat


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